jueves, 22 de octubre de 2009

EL GNOMO ROSA

¿Debemos subordinar nuestros sentimientos, emociones, deseos…Por el hecho de ser varón o ser mujer ¿Somos libres realmente cuando nos guiamos por pautas míticas de comportamiento, relacionados con la feminidad y la masculinidad?

Busquemos la repuesta en este cuento, y analicemos cuanto de fantasía y realidad refleja está historia.

Hace mucho, mucho tiempo, el nomo rosa vivía en la tierra. Dicen que era sabio desde antes de que aparecieran en nuestros planetas los dinosaurios.

Le encantaba la humedad y la oscuridad del bosque, de donde nunca salía y era Félix rodeado de animalitos. Un día comenzó a oír voces, voces de gente.

Esto despertó su curiosidad y dedicó a espiar a los que entraban al bosque por leña o a pasear. Pronto su interés por conocer a la gente lo llevó fuera de los limites de su selva, a pueblos y ciudades donde, siempre escondido, escuchaba largamente las cosas que decían hombres y mujeres.

Así descubrió algo sorprendente: los seres humanos se habían repartido los sentimientos y tambien las emociones. “alguien” había determinado alguna vez que unos eran para los hombres y otros para las mujeres.

Se decía que los hombres podían ser fuertes, enojarse y tener mucha irá, lo cuál podían mostrar, pero nunca debían llorar.

En cambio las mujeres podían llorar y ser débiles, pero nunca mostrar ni fuerza, ni rabia, ni ira.

Sólo las mujeres podían tener miedo y los hombres valentía…¡que absurdo!,dijo el gnomo rosa mientras veía hombres tristes haciendo esfuerzo por no llorar ,mujeres furiosas que guardaban silencio, hombres asustados disimulando su miedo y mujeres que lloraban por cualquier cosa por no aparentar ser débiles.

¡Así no se puede vivir más ,decía el nomo . Todas estás creencias de la gente habían hecho que reinará una gran confusión: ¿para quién era la risa? ¿ Para los hombres?¿para las mujeres?¿para quién?. Por no expresarse libremente, todo el mundo andaba serio, nadie reía.

Entonces, de tanto fingir, confundir los sentimientos y los sentimientos y las emociones, de tanto aguantarse para no expresar lo que sentían, de desconfiar de los demás, muchas veces los seres humanos ¡explotaban! Entonces ocurrían mentiras, guerras, crímenes injusticia, ¡Tantas cosas malas!

Desesperado ante está situación, el gnomo rosa reunió a un grupo de personas (de esto hace mucho tiempo) y les propuso algunas cosas. Les dijo que estaban confundidos, que los sentimientos y las emociones son de todos, de hombres y mujeres por igual.

No había por qué fingir, ni disimular, ni evitar expresarse libremente. Les dijo que tomaran todas las emociones y los sentimientos, y los estudiaran, los conocieran, aprendieran sus nombres y los amaran. Les propuso que los repartieran por todo el mundo, a toda la gente, y esa gente los hiciera suyos mostrándolos.

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